(1 Pedro 2:21)
Si el hombre tuviera como modelo a Jesús, todos los problemas humanos serían resueltos.
Se preguntará: ¿Por qué Jesús es la única solución? Para responder esta pregunta necesitamos primero conocer quién es Jesús.
Sobre todo Él es Dios que se volvió hombre para redimir al hombre. Vea como el apóstol Pablo describe la grandeza de su humildad: “Él cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”(Filipenses 2:6-8).
Cristo es nuestro maravilloso Salvador. Así cantaron los ángeles en las colinas de Belén, en aquella gloriosa noche: “Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (S. Lucas 2:10, 11). Ese fue el mayor evento de la historia humana. Dios se hizo hombre para salvar al hombre.
Él nos amó tanto, que nos compró con su preciosa sangre. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 S. Pedro 1:18-19).
Dio su vida, su sangre, porque nos amó. Jesús nos rescató de la condenación y nos compró con el elevado precio de su sangre.
Esto involucra cinco pasos:
a. Aceptar su inmenso y eterno amor, sabiendo que Él te ama. En este momento te está diciendo a tu oído: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:3).
b. Debo reconocer que no puedo salvarme por mí mismo. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:23, 24).
c. Debo creer que Jesús me ama y puede salvarme. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(S. Juan 3:16).
d. Debo confesar mis pecados y creer que Él me perdona. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 S. Juan 1:9).
e. Entonces, podemos creer que Él nos da la vida eterna. “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. (1 S. Juan 5:11, 12).
Él nos hace una invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”(S. Mateo 11:28).
¿Por qué continuar sufriendo? ¿Por qué continuar con una carga de pecados en las espaldas?
Él ya hizo todo. Basta creer en su sacrificio. El premio de la vida eterna está a su disposición, ¡de gracia!
Ciertamente querrás saber más sobre Jesús y de cómo entrar el camino al cielo.
"Señor Jesucristo: Yo reconozco que te necesito. Reconozco que tú moriste en la cruz por mis pecados y mi salvación. Te pido perdón por todos mis pecados. Te abro las puertas de mi corazón y mi vida para que entres en mi y te conviertas en mi Señor y Salvador personal, escribe mi nombre en el libro de la vida y has de mi la persona que tu quieres que yo sea "
Pasos para seguir en Comunión con DIOS:
Lea la biblia porque en ella encontrara la verdad y la verdad te hará libre.
Permita que El espíritu Santo llene y controle tu vida.
Aparte del pecado
Asiste a una Iglesia Cristiana
Establece una Vida de Oración
Confía en las promesas de DIOS
Si el hombre tuviera como modelo a Jesús, todos los problemas humanos serían resueltos.
Se preguntará: ¿Por qué Jesús es la única solución? Para responder esta pregunta necesitamos primero conocer quién es Jesús.
Sobre todo Él es Dios que se volvió hombre para redimir al hombre. Vea como el apóstol Pablo describe la grandeza de su humildad: “Él cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”(Filipenses 2:6-8).
Cristo es nuestro maravilloso Salvador. Así cantaron los ángeles en las colinas de Belén, en aquella gloriosa noche: “Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (S. Lucas 2:10, 11). Ese fue el mayor evento de la historia humana. Dios se hizo hombre para salvar al hombre.
Él nos amó tanto, que nos compró con su preciosa sangre. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 S. Pedro 1:18-19).
Dio su vida, su sangre, porque nos amó. Jesús nos rescató de la condenación y nos compró con el elevado precio de su sangre.
Esto involucra cinco pasos:
a. Aceptar su inmenso y eterno amor, sabiendo que Él te ama. En este momento te está diciendo a tu oído: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:3).
b. Debo reconocer que no puedo salvarme por mí mismo. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:23, 24).
c. Debo creer que Jesús me ama y puede salvarme. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(S. Juan 3:16).
d. Debo confesar mis pecados y creer que Él me perdona. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1 S. Juan 1:9).
e. Entonces, podemos creer que Él nos da la vida eterna. “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. (1 S. Juan 5:11, 12).
Él nos hace una invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”(S. Mateo 11:28).
¿Por qué continuar sufriendo? ¿Por qué continuar con una carga de pecados en las espaldas?
Él ya hizo todo. Basta creer en su sacrificio. El premio de la vida eterna está a su disposición, ¡de gracia!
Ciertamente querrás saber más sobre Jesús y de cómo entrar el camino al cielo.
"Señor Jesucristo: Yo reconozco que te necesito. Reconozco que tú moriste en la cruz por mis pecados y mi salvación. Te pido perdón por todos mis pecados. Te abro las puertas de mi corazón y mi vida para que entres en mi y te conviertas en mi Señor y Salvador personal, escribe mi nombre en el libro de la vida y has de mi la persona que tu quieres que yo sea "
Pasos para seguir en Comunión con DIOS:
Lea la biblia porque en ella encontrara la verdad y la verdad te hará libre.
Permita que El espíritu Santo llene y controle tu vida.
Aparte del pecado
Asiste a una Iglesia Cristiana
Establece una Vida de Oración
Confía en las promesas de DIOS
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