¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

Gén 4:9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
 
Desde el momento que aceptamos al señor Jesus Cristo como nuestro salvador hacemos un pacto con DIOS, dando así por entendido que venimos a ser parte de una nueva familia, pero no familia de sangre ni constituía por un documento, sino que somos una familia engendra por DIOS, venimos a ser una nueva criatura.
 
2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
 
Al ser nuevas criaturas todo lo del viejo hombre debe quedar atrás.

Efe 4:22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

Efe 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 

Efe 4:24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Efe 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Efe 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, Efe 4:27 ni deis lugar al diablo.

Efe 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
 
Efe 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
 
Efe 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
 
Efe 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
 
Efe 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

2Co 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

2Pe 1:5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
 
2Pe 1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
 
2Pe 1:7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
 
2Pe 1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
 
2Pe 1:9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

DIOS les Bendiga, no deje de compartir

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